Pulsera de Agata de Botswana y Larimar, El ágata de Botswana es una piedra protectora, hasta el punto de que uno podría incluso llamarla sobreprotectora. Algunas de sus tendencias protectoras están relacionadas con las condiciones a las que las culturas más antiguas eran más propensas: protección contra las poderosas tormentas, resistencia contra la sed y seguridad en los mares picados. Si las ágatas de Botswana tenían un «ojo» (es decir, si las bandas se transformaban durante la formación para tomar forma de ojo), algunas culturas creían que las vigilaría, defendiéndose contra las malas influencias y las posibles lesiones. El ojo era -y es- también un símbolo de la suerte, muy bueno para tenerlo cuando se juega o se intenta una mano en la lotería.El larimar permite así potenciar la actitud positiva cuando la moral está en su punto más bajo. Mantiene alejados los pensamientos negativos. La ira excesiva, los pensamientos suicidas y otras ideas negativas se combaten duramente con sólo llevar un colgante. Para los hindúes, llevar este tipo de joya alrededor del cuello permite la armonización y el equilibrio del Chakra Laríngeo. Es este dístico a menudo contradictorio de la « me perdono a mí mismo, perdono a los demás » que, bajo la influencia de la energía de la roca fina, estabiliza y calma la ira. Este catalizador para la paz interior, ideal para los enojados, también es necesario para las meditaciones y los ejercicios de yoga. Ayuda a armonizar las emociones y a equilibrar el cuerpo actuando sobre los puntos vitales.